Es un tipo de “aderezo”, mas bien es un complemento, añade mucho sabor y es amado universalmente. La salsa es fácil de preparar y resalta magníficamente los sabores de sus ingredientes. Puede ser tan picante como te guste, tampoco es necesario que siempre pique.
No puede faltar un buen tazón de salsa en las comidas mexicanas. Si quieres variar tu menú de salsas, te presentamos algunas de sus variedades más comunes.
Historia de la salsa
El origen de la salsa se remonta a una época en la que Latino América era el hogar de los aztecas, incas y mayas. Es probable que todas estas culturas comieran salsa de alguna forma, pero en la cultura azteca se documentó con más detalle, por lo que se les atribuye haberla inventado.
Un misionero franciscano registró información sobre los alimentos aztecas, incluido una mezcla de tomates, chiles y semillas de calabaza. No tenía un nombre específico hasta que un sacerdote español la llamó “salsa” en el siglo XVI. Esta tradición azteca se transmitió a las culturas posteriores que vivieron en Latino América.
Diferentes tipos de salsa
Esta lista de salsas te inspirará a probar diferentes combinaciones. Generalmente, las salsas no contienen más de cinco ingredientes y solo hay que integrar todo.
Salsa roja
A diferencia de la salsa marinara o la salsa para pizza. Esta salsa se puede hacer con ingredientes crudos, cocidos o una combinación de ambos. El chile que lleva esta salsa puede ser chile serrano, chipotle o guajillo.
Esta salsa es la base para muchos guisados mexicanos al agregarle más agua como: tinga de pollo, picadillo, albóndigas o enchiladas.
Salsa verde
Elaborada con tomates verdes en lugar de jitomates. Es una salsa ácida que puede ser cocida o cruda. Asar o tatemar los ingredientes primero resalta más dulzura en la salsa verde. Los ingredientes crudos y sin cocinar producen un sabor más ácido.
La salsa verde frita se utiliza para otros guisados como carnes en salsa verde o enchiladas. Pero, si a esta base le agregas crema y queso obtendrás la base de las enchiladas suizas, un platillo tradicional mexicano muy cremoso y delicioso.
Pico de Gallo
Es una salsa fresca y cruda hecha con jitomates finamente picados, cebollas, chiles serranos, cilantro, jugo de limón y sal. Algunos agregan jícama, pepino, mango o sandía.
El pico de gallo contiene muy poco líquido, lo que la hace excelente para tacos, molletes y quesadillas.
Salsa de aguacate
Hecha con tomates, serranos y aguacate. Este tipo de salsa equilibra la frescura del aguacate con el picante de los chiles serranos.
Los ingredientes crudos se mezclan para hacer una salsa suave que se sirve con tacos dorados, carnes a la parrilla o incluso como base para algunas pastas.
Taquera
El ingrediente clave de la salsa taquera es el chile de árbol, el cual le dará a la salsa un toque picante característico.
Para hacer este tipo de salsa, primero se cocinan los chiles, jitomates, ajo y cebolla. Se pueden hervir en agua, asar o saltear en aceite. Una vez cocidos, los ingredientes se mezclan. Los chiles de árbol son la estrella del espectáculo en esta salsa.
Salsa de cacahuate
Tiene una textura suave y un poco espesa. Consiste en cacahuate tostado, aceite de oliva, chiles de árbol, cebolla, vinagre, ajo y tomillo. Los ingredientes se cocinan primero, luego se mezclan o se trituran hasta que estén suaves.
Aunque esta salsa se puede usar con numerosos platos, lo más común es con piezas de pollo, camarones.
Habanera
Esta salsa consta de cebolla morada cortada en julianas, rodajas de chile habanero, jugo de limón y sal. En nuestra cultura, el picante añade un sabor auténtico a la comida y este tipo de salsa es perfecto para tacos de cochinita o tacos en general.
